Disminuye inseguridad en Puebla pero percepción y desconfianza persisten

El transporte público y la falta de infraestructura siguen siendo los principales focos de preocupación

En los últimos cuatro meses del año pasado, la percepción de la inseguridad experimentó una ligera disminución (0.7 puntos) entre los habitantes de la capital. Sin embargo, la población sigue temerosa de la delincuencia, especialmente en el transporte público, mantiene su desconfianza hacia la policía municipal y, en este 2025, prevé que la situación empeorará.

A pesar del panorama de inseguridad, los poblanos nuevamente no consideran que este sea su principal problema. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los ciudadanos creen que su principal problemática son los baches, la falta de agua en sus colonias y el insuficiente alumbrado público.

El estudio reveló que, de septiembre a diciembre de 2024, la percepción negativa de la seguridad disminuyó levemente, pasando del 76.2 al 75.5 por ciento entre los encuestados. Pese a esta baja mínima, Puebla sigue con mayor “percepción social de inseguridad”, ya que está dentro de las ciudades con cifras superiores al 70 por ciento.

El informe incluyó datos comparativos con el año anterior, lo que permitió observar un ligero aumento en la percepción de inseguridad de 2023 a 2024. En diciembre de 2023, Puebla reportó un 74.7, mientras que en diciembre de 2024 la cifra ascendió a 75.5, es decir, un aumento de 0.8 puntos en un año.

De quién desconfían más los poblanos
En cuanto a la confianza en las autoridades, los poblanos mostraron una vez más su desconfianza hacia la policía municipal, considerándola la de peor desempeño. En contraste, la Marina fue la institución mejor evaluada, con un 92 por ciento de los ciudadanos aprobando su labor. Le siguió la Fuerza Área con 87.9, Ejército 84.4, Guardia Nacional 68.9, Policía Estatal 45.3, mientras que la policía municipal obtuvo 41.7.

Al ser consultados sobre sus expectativas para 2025, un 65.5 por ciento de los capitalinos opinó que la situación de inseguridad “empeorará o seguirá igual de mal”, mientras que un 33.1 por ciento expresó que “mejorará o seguirá igual de bien”. Respecto a la sensación de seguridad, el 75.5 por ciento afirmó sentirse inseguro, mientras que el 24.5 por ciento se declaró seguro.

Ante este sentimiento predominante de inseguridad, muchos habitantes decidieron cambiar sus hábitos en los últimos meses del 2024.

El 71.8 por ciento dejó de portar objetos valiosos

El 68.6 por ciento ya no permite que los menores de edad salgan sin compañía

El 59 por ciento optó por no caminar de noche en las cercanías de su hogar.

Los lugares que generan mayor inseguridad entre los poblanos son los siguientes: el transporte público (85.5 por ciento), los cajeros automáticos (81.2 por ciento), las carreteras (70.4 por ciento), las calles que frecuentan (69.8 por ciento), los mercados (65.6 por ciento), los bancos (64.3 por ciento), los parques o centros recreativos (61.6 por ciento), los automóviles (45.7 por ciento), y finalmente, los centros comerciales (41.3 por ciento).

Delitos y comportamientos antisociales más señalados en Puebla
Los delitos y comportamientos antisociales más reportados por los poblanos a finales de 2024 fueron: el consumo de alcohol en las calles (66.4 por ciento), los robos o asaltos (65 por ciento), el vandalismo como grafitis (53.6 por ciento), la venta o consumo de drogas (36.4 por ciento), y los disparos frecuentes con armas (27.9 por ciento).

A pesar de este contexto de inseguridad, los poblanos no consideran que la delincuencia sea el problema más grave que enfrentan. Las principales problemáticas de la capital son los baches en calles y avenidas, las fallas y fugas en el suministro de agua potable, el insuficiente alumbrado público, las coladeras tapadas por desechos, y, en un segundo plano, la delincuencia.

Otras dificultades que los poblanos identificaron en su vida cotidiana incluyen un servicio de transporte público deficiente, hospitales saturados, calles y avenidas con constantes embotellamientos, parques y jardines descuidados, deficiencias en la red de drenaje y la ineficiencia en la recolección de basura.