La hija de Katy Perry y Orlando Bloom, Daisy Dove, hizo su primera aparición pública en el final de la residencia «Play» de la estrella del pop en Las Vegas el pasado sábado.
La pareja mantuvo a la pequeña alejada del ojo público desde su nacimiento en agosto de 2020, sin embargo, el pasado fin de semana la cantante la presentó en pantalla durante el espectáculo.
«¡Daisy! Te quiero tanto», exclamó la intérprete de 39 años, desde el escenario en un video compartido por un fan a través de Twitter el domingo.
«Eres mi mejor amiga, estoy tan contenta de que estés aquí», dijo la nominada a los Grammy.
Daisy iba vestida con un traje de Minnie Mouse y auriculares rosas sobre las orejas, sonrió a su madre y dijo hola a la cámara, mientras Katy interpretara «Hot n Cold».
La niña también fue captada bailando con su papá durante «Chained to the Rhythm».
Perry volvió a dirigirse a Daisy más tarde en el espectáculo, al que asistieron Meghan Markle, el príncipe Harry, Celine Dion y más estrellas.
La famosa también aprovechó el momento para elogiar a Bloom, de 46 años, de quien dijo es un «increíble sistema de apoyo», y explicó cómo creó la residencia tras el nacimiento de su hija hace 3 años.
«Cuando la conocí, fue como si todo el amor que siempre había estado buscando finalmente apareciera, ella me hizo completa, y me curó, y me enseñó a tocar de nuevo, así que este espectáculo es para el niño interior de cada uno y para la esperanza de que quizá si todos pudiéramos ver la vida a través de los ojos de un niño, seríamos libres», continuó.
Perry y el actor sólo han dejado entrever a Daisy a través de Instagram desde que se unió a la familia, y la pareja sólo ha mostrado la mano de su hija en las subidas de 2020 y 2022.
Bloom y su exmujer, Miranda Kerr, también han mantenido en privado a su hijo de 12 años, Flynn, mientras compartían la paternidad.
La expareja estuvo casada de 2010 a 2013. Tras su divorcio, la estrella de «El Señor de los Anillos» comenzó a salir con Perry en 2016 y se arrodilló en 2019.